Ay, don Antonio, perdón
		
		si es que con atrevimiento
		
		le doy a usted más tormento
		
		pudiendo ofender su honor.
		
		más, no es esa mi intención
		
		sino todo lo contrario
		
		porque es el escenario
		
		para cantarle mi amor.
		
		Sé que mis versos son malos
		
		para cantarle al mejor
		
		poeta que tuvo España
		
		pero son de corazón.
		
		No tuvo suerte en su vida
		
		ni en dinero ni en amor,
		
		tuvo el amor de una niña,
		
		se llamaba Leonor.
		
		pero se le fue tan pronto
		
		de enfermedad, que a traición
		
		se la arrebató la parca
		
		y le arrebató el corazón.
		
		Mala suerte, don Antonio,
		
		siendo felices los dos,
		
		moría ella siendo niña
		
		y a usted eso le mató.
		
		y con el paso del tiempo
		
		nació en usted otro amor
		
		pero no fue verdadero
		
		pues nunca se consumó.
		
		Y entre amores desgraciados
		
		y una guerra que le hundió
		
		fue usted a morir a Francia
		
		lejos de donde nació.
		
		Y lo dijo en un pasaje
		
		de los versos que escribió,
		
		morirse ligero de equipaje,
		
		en eso sí que acertó.
		
		Y al tenerlo prometido
		
		 hacerle a usted una visita,
		
		allí estuve en Colliure,
		
		se nublaron con lágrimas mis ojos,
		
		le dije: don Antonio, ¡hasta la vista!
		
		 
		
		Máximo Sicilia