SANCHO DE LONDOÑO Ilustre Maestre de Campo en los legendarios Tercios de Flandes |
||||
Los Tercios de Flandes, que pasearon su poderío por media Europa, permanecen en nuestra difusa memoria colectiva, semioculta en los libros de texto con cierto complejo de culpabilidad histórica. El riojano Sancho de Londoño, cuya biografía, como la de otros “ilustres” paisanos, daría para varios guiones cinematográficos, de haber nacido en otro lugar que no fuera España, es uno de los militares españoles más célebres del siglo XVI. Sin embargo, no sólo se distinguió en el servicio a las armas sino que, de profunda formación académica - no en vano estudió en Alcalá de Henares - supo conjugar perfectamente el servicio militar con el cultivo de las letras, en ese ideal de soldado que el propio Cervantes deseó para los militares españoles. Su azarosa vida militar no le impidió escribir tanto en prosa como en verso, como él mismo diría: “…yo profesé la espada mas nunca aborrecí la pluma que no le diese alguna trasnochada” Sancho de Londoño, hijo de Antonio de Londoño, Señor de Hormilla, nació en 1515 en esa localidad riojana. Él mismo, con orgullo, tanto en Flandes como en España gustaba de llevar el título de “Señor de Hormilla”, heredado de su padre. Su vertiginosa carrera militar comienza como “piquero” a los 27 años a las órdenes del Duque de Alba. En 1547 participa en batalla de Mühlberg, inmortalizada en la figura del Emperador por el pincel de Ticiano. Ascendido a teniente de caballos ligeros en la compañía de Ruy Gómez de Silva, combate en el asedio de Metz ascendiendo a capitán. En la primavera de 1554 regresa a Hormilla para hacerse cargo de ciertos negocios familiares, comportándose como auténtico “señor de vasallos”. Reclamado por el Duque de Alba, vuelve al año siguiente a Flandes, convirtiéndose, merced a la gran estima que el Duque le tenía, en el consejero de todas sus decisiones, tanto en los asuntos más graves como en los detalles menos importantes. En el año 1558 es nombrado Maestre de Campo del Tercio de Lombardía, considerado el más disciplinado y valiente de los tercios de Flandes. Nombrado Gobernador de Asti, región del Piamonte en el norte de Italia, sigue estando en contacto con el Duque, informándole de la situación de indisciplina de algunos tercios, originada por las tensiones que provocaban la ociosidad y la heterogeneidad de sus componentes. Entre 1564 y 1565 es enviado en misión diplomática ante Los Grisones, el más grande de los cantones suizos, que controlaba los valles que unían la Lombardía con el Tirol. Se trataba de evitar la alianza de la Liga Grisona con Francia y asegurar los pasos entre Italia y Alemania, lo que se llamó el “Camino Español”. A principios de 1568, el Duque de Alba encarga a nuestro héroe la redacción de un tratado militar que recoja las ordenanzas por las cuales debiera regirse la infantería española. En menos de tres meses escribe “Discurso sobre la forma de reducir la disciplina militar al mejor y antiguo estado”. En esta obra propone cómo corregir los defectos de la milicia, siendo un compendio del arte militar de la época. Es, sin lugar a dudas, el precedente de las actuales ordenanzas militares. En este valioso documento, Sancho de Londoño habla así de los soldados españoles: “Están en los peligros tan en sí como fuera de ellos, de manera que, en sabiendo obedecer, guardar orden y lugar, sabrán cuanto es necesario para ser invencibles en tierra y en mar. Encontrándose enfermo ya desde abril de este año 1568, todavía tiene coraje para derrotar en octubre, en las inmediaciones del río Mossa, con solamente 200 jinetes y 700 infantes a las tropas del Príncipe de Orange, muy superiores en número. Su enfermedad se agrava por momentos, quizás debido al mal tiempo de Amberes, y después de varios meses de dolorosa agonía, fallece a finales de mayo de 1569 este riojano cuya vida, entregada por entero al servicio de la Corona, debemos honrar como riojanos y como españoles. Diecinueve años más tarde, el Tercio de Lombardía sería mandado por otro riojano, Sancho Martínez de Leiva. El poeta Diego Jiménez de Ayllón dijo de Sancho de Londoño:
Néstor sois en avisos y elocuencia en Fortaleza y fuerzas un Tebano de clara estirpe y gran magnificencia. Así que vuestra espada y fuerte mano se muestra en las empresas con prudencia cual fue la del famoso Héctor Troyano.
José Manuel Gato Gil
|
||||