EN RECUERDO DE MARIANO DE RIVAS, |
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Se
nos ha ido un gran persona, un logroñés de pro. Para los que le conocimos,
para quienes nos honramos con su amistad, su muerte nos deja un vacío
irreparable. Si quisiera destacar dos virtudes que le adornaban y que
despertaban admiración entre quienes les conocían, yo diría que eran su
caballerosidad y su honradez. En estos tiempos en que la zafiedad es moneda
corriente, todavía destacaban más.
Fue uno de los fundadores de la Asociación AMIGOS DE LA RIOJA, a cuya Junta Directiva perteneció. Su labor callada y constante dejó honda huella. En más de una ocasión se le ofreció la presidencia de la misma, pero la declinó. Le iba más no aparecer en primera línea, sino asesorar con su experiencia y su gran sentido común. Hombre de paz y equilibrio, amaba la vida sencilla. Su amor a Logroño, su ciudad, y a La Rioja entera se manifestaba en su forma de ser, en su trabajo, en sus hábitos cotidianos. La firmeza de sus criterios y el respeto a quienes discrepaban de sus opiniones, hacían de él un maestro de verdaderos demócratas. Su debilidad eran las partidas de mus con los amigos, algunos de cuales, fallecidos con anterioridad, igual le habrán recibido con una baraja para echar algunos envidos y algún que otro órdago… Reciba Maribel, su esposa, el cariño y la solidaridad en estos días amargos de quienes nos enorgullecemos de haber sido amigos y compañeros en tantos afanes del buen Mariano. Pedro Zabala
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