UNA OCASIÓN PERDIDA (BIENVENIDO MR. MARSAHALL) |
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"Érase un pueblecito español, un pueblecito cualquiera…” La voz en off de un narrador, nos introduce en la película de Luis García Berlanga “Bienvenido Mr. Marshall”, mientras la cámara efectúa un barrido mostrándonos las calles y plazas de un pueblecito castellano, uno cualquiera de los miles que componen esta piel de toro nuestra. El Plan Marshall, que propició la recuperación económica de la maltrecha Europa Occidental, después de la Segunda Guerra Mundial (salvo España, que quedó al margen de dicha ayuda), llega a oídos de los lugareños de ese pueblecito y todos sus habitantes se disponen a recibir a la comitiva yanqui, con sus mejores galas, para agasajar a los visitantes, esperando que una lluvia de dólares caiga sobre ellos. Como es bien sabido por todos los que hemos disfrutado con esta peli, la comitiva americana pasa de largo y el pueblo vuelve a su vida cotidiana, felizmente alejado de la quimera del oro. En el pueblecito riojano de Castilseco, al pie de los montes Obarenes, celebramos el XVIII encuentro de asociaciones culturales de La Rioja, el pasado día 31 de mayo. Nuestros anfitriones, la asociación Blasón de los Hijosdalgo de Castilseco y Galbarruli, había preparado con ilusión la recepción a los representantes de todas las asociaciones riojanas. No habían engalanado el pueblo, como en el film de Berlanga, ni falta que hacía, pero fuimos obsequiados con un reconfortante chocolate y una sabrosa “untada monacal”. Tampoco éramos nosotros los americanos que iban a solucionar los problemas de Castilseco. Nuestra caravana de vehículos, incluido el autobús de Amigos de La Rioja, nos desplazamos a esa localidad riojalteña, para tener con ellos y con todos los demás, un “intercambio de experiencias, conjunción de esfuerzos y ensanchamiento de horizontes”, compartiendo una jornada del más puro riojanismo. Mientras tanto, a muy pocos Km. de allí, el Presidente de la Comunidad visitaba la localidad próxima de Cuzcurrita de Río Tirón. Habida cuenta de la poca distancia que nos separaba, algunos de nosotros, ingenuamente, albergábamos la esperanza de que el Sr. Presidente nos honrara con su visita participando en la celebración, teniendo presente que las asociaciones allí representadas lo eran de toda La Rioja. Sólo bastaba un pequeño desplazamiento, unos minutos de su tiempo, unos apretones de manos…bajar de las alturas a la arena del pueblo llano. Pero no fue así. No vimos pasar de largo el automóvil presidencial como sucedió en la peli mencionada, porque no apareció por Castilseco. Podía haberlo hecho, pero quizás tenía otras cosas más importantes que hacer. No figurábamos en la agenda del Sr. Presidente. Algunos sentimos una profunda decepción, porque creímos que no era suficiente que un representante de la Consejería de Educación estuviera con nosotros durante unos brevísimos minutos. Era una ocasión para que D. Pedro Sanz nos acompañara. Lamentablemente, una ocasión perdida, Sr. Presidente. José Manuel Gato Gil
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