Cuando
elegimos un traje de diseño, elegimos todo lo que engloba el modelo. Hay
complementos que seguro podemos quitar y adaptar; pero reconociendo que
deja de ser el traje elegido.
Pensemos en un cuadro famoso; Podemos quitar el marco y no pasara nada, pero
si, lo que representa, por ejemplo, es un barco, seguro que está en un
paisaje, o en un entorno elegido por el autor. Si prescindiéramos del paisaje,
seguiríamos teniendo el barco, pero no sería la obra pensado por el autor.
Estas
reflexiones iniciales pueden ser apropiadas para explicar lo del ORNATO, que
según define el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (DRAE):
Adorno, atavío. Todos, más o menos, podemos tener nuestro criterio de estos
términos; pero si lo llevamos a la arquitectura, hablaremos enseguida de
“Ornato público”, entendido como la parte (sobre todo las fachadas de los
edificios) tienen que cumplir unos requisitos, la mayoría estructurales pero
otros meramente ornamentales.
Dicho
esto, cada edificio, de cualquier tipo (civil, religioso, etc), se construye
basado en un proyecto, que muchas veces al realizarlo no coincide con el
inicial, suele modificarse en su ejecución.
Una
vez terminado, tendremos la obra completa. Como decíamos anteriormente de una
pintura, será una e indivisible. Podremos opinar: que aunque quitemos algo no
modificaría la esencia de la obra, pero está claro que ya no sería la misma.
¿Por
qué no respetamos esa integridad en los edificios? ¿Quién decide que lo que se
deteriora ya no se vuelva a colocar? ¿Quién cambia la obra de un arquitecto
que diseñó un edificio y con qué criterios?.………..
Muchas preguntas de este tipo nos podríamos hacer. Lo que esta claro es el
cambio de aspecto en las ciudades, perdiendo, esos detalles, a los que tanta
importancia dieron en su día sus artífices. Lo ornamental puede no ser
estructural, pero forma parte del total.
Vamos
a datos concretos.
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Seguros Aurora- Banesto |
Estado actual |
Banco Santander |
Dos
edificios situados en el centro de nuestra capital Logroño, conocidos por las
entidades que albergan: Seguros Aurora- Banesto y Banco de Santander.
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Proyecto: Julio de 1960 del Arquitecto José Marañón Richi, para el Banco
Santander |
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Proyecto: Mayo de 1945 del
Arquitecto Agapito del Valle, para la Compañía Seguros Aurora |
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Las figuras no son pequeñas,
lo podemos ver en estas dos imágenes |
Sabemos que el Obispo José Espejo de Cisneros el 19-05-1742, aporta todos sus
bienes como promotor de las torres de La Redonda; juntándose con el maestro
Bautista de Arbaiza y más tarde con Martín de Berratúa, siendo los artífices
de su construcción, con la ayuda del maestro Ignacio de Ibero.
Puede
ser esta implicación del Obispo Espejo la que lleve a tallar estas figuras;
podrían coincidir con las pintadas en la bóveda de la capilla mayor de la
iglesia, obra también sufragada entre otros por el Obispo Espejo.
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Figuras con algún instrumento
musical |
Si en
un momento se reconstruyeron varios de los pináculos de las torres; incluso de
una forma más o menos acertada se repuso la gárgola olvidada, ¿no podía
haberse hecho lo mismo con las figuras?
Quién
toma esas decisiones, esta cambiando la obra de sus autores. Sin fijarnos, y
poco a poco, vamos perdiendo detalles que para los artistas que los realizaron
fueron importantes y parte de su obra.
Federico Soldevilla Agreda
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