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ENCUENTRO ANUAL DE
SOCIOS |
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El
pasado 8 de octubre, primer domingo del mes, como ya se
ha hecho costumbre, nos reunimos un buen grupo de
Amigos de La Rioja.
Y lo hicimos para deleite de todos
en torno a una mesa, unos cuantos manjares y un buen
caldo que echarnos a la garganta. Sin duda hacía falta
el caldo para aliviar el agotamiento de unas cuerdas
vocales que sostenían, azarosas, las animadas
conversaciones y las risas que acompañan siempre estos
encuentros.
Como la mesa es larga y los
comensales un buen número, no faltan los paseos para
saludar a unos y otros y tampoco faltan, como
siempre que se reúne con todos nuestro veterano
e imprescindible socio José Luis Inchaurralde, las
cuatricolores ondeando y recordándonos viejos
logros y también nuevos retos.
Esta vida loca, en la que parece
que no tenemos tiempo para nada, nos lleva
de un lado para otro a cien por hora haciendo
que nos olvidemos de detenernos y tomar aliento, un
poco como aquellos viajes de “5 días, 10 países”
que nos contaba Gila en sus monólogos, pero
estos encuentros que exprimen y condensan el nacimiento
de quienes fuimos, allá por los años setenta en
nuestro primer día de La Rioja y quienes somos todavía,
unos locos abanderados de causas no tan perdidas, como
digo, estos encuentros, estimulan nuestro espíritu
guerrillero y resiembran la memoria.
Y además hay milhojas de postre ¿se
puede pedir más?... Nos volvemos a ver, como tarde, el
año que viene Amigos.
Isabel
Gómez Díez
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