A veces escondidos entre cables y
señales, otras de pequeño tamaño casi ilegibles y otras muchas veces visibles
pero ignorados.
Así son los rótulos de las calles de
Logroño, y de la mayoría de municipios; sobre todo para los foráneos, una vez
conocidos los nombres de las calles, se ignoran.
Sin embargo, estos rótulos están
vivos, tienen nombres y apellidos y guardan historias diferentes. Los hay que
cambian de tipología, incluso de redacción con el tiempo. Sus autores son
distintos y algunos acaban padeciendo mobbing (por la construcción imparable).
Con estas premisas, desde Amigos de
La Rioja, quisimos conocer algunos de estos rótulos. El domingo 1 de Octubre a
las 11,00 nos juntamos un centenar de personas dispuestos a pasear por las
calles de Logroño, poniendo más atención de la habitual en estos rótulos.
Empezamos
por visitar el más antiguo; viejo conocido nuestro por otras visitas. Es el
azulejo de 1772 situado en la calle del Cristo, y donde podemos leer “Calle
del Cristo, Cuartel I”. Acabamos en la esquina de Portales con la calle de
Sagasta, junto a uno de los rótulos de 1883, conmemorativo de la apertura de
dicha calle.
Entre estas dos esquinas, pudimos ver
una buena cantidad de rótulos.
Los colocados en 1844-45 situados por
varias calles del Casco Histórico.
Muy pocos de hierro esmaltado de
finales del siglo XIX y comienzos del XX, en el Muro de Cervantes, en Marqués
de San Nicolás y en Once de Junio.
Del mismo tamaño y tipología
encontramos los realizados en los años 20 por nuestro vecino Manuel Antoñana,
que regala estas placas al consistorio: calle del Capitán Eduardo G. Gallarza
y la calle Francisco Martínez Zaporta.
También vimos los rótulos de chapa
esmaltada, que curiosamente cambiaban de tamaño según la dimensión del nombre.
De rótulos de cerámica encontramos
abundantes ejemplos de diferentes épocas: de principios de siglo XX hasta la
actualidad. Distintos y famosos autores: Ruiz de Luna y Niveiro de Talavera de
la Reina; de José Mª Serra de Manises y otro de Onda. Pudimos ver rótulos de
fundición, los que conmemoran la inauguración de la calle Sagasta.
Uno muy curioso de bronce en la calle
de Gallarza. En la calle Calvo Sotelo tenemos uno de los más llamativos por su
contenido…
Hubo un cambio importante, no se
renovaron todos los rótulos pero se les añadió el nº de calle y distrito.
Al observar los actuales, apreciamos
el cambio en la denominación de las calles, muchas
de ellas han perdido las preposiciones y los artículos: por ejemplo “Calle de
la Duquesa de la Victoria”, ahora la podemos encontrar como “Calle Duquesa de
la Victoria”, y así muchas otras.
Dos horas de paseo, descubriendo
nuevos detalles de nuestra historia que, espero, sea un modo de despertar esa
curiosidad que todos llevamos dentro.
Federico
Soldevilla Ágreda
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