ALEROS Y CORNISAS DE LOGROÑO

Pequeños o grandes detalles que pasan desapercibidos al no estar a la altura de nuestros ojos. Hay que pararse y mirar hacia arriba para apreciar su belleza.

Pueden ser simples remates de una fachada, otras la pieza principal del puzzle que forma un edificio.

Los arquitectos proyectan los edificios hasta sus últimos detalles, pero son los maestros  de las diferentes disciplinas los que desarrollan y culminan estos proyectos.

Cuando hablamos de edificios antiguos con aleros de madera, los maestros a los que nos referimos son los carpinteros, fusteros, ensambladores y en algunas ocasiones tallistas.

Los edificios antiguos tienen la particularidad de haber sufrido muchas transformaciones; así, no es extraño encontrarnos con plantas bajas con mayor antigüedad que los pisos superiores.

De todas formas encontraremos varios edificios con aleros del Siglo XVIII.

Museo Provincial. Foto: FedeSegún el Catastro de la Ensenada 1751 eran 21 maestros de carpintería los que trabajaban por Logroño, y otros 14 entre oficiales y aprendices.

Como muchas actividades, la arquitectura tiene una jerga especial para describir y denominar los elementos de la construcción.

Al hablar de aleros usaremos palabras como: CAN (viga que sobresale al exterior), hablaremos de canes labrados que vuelan de las fachadas formando los aleros; hablaremos del SOFITO (plano inferior saliente de una cornisa o de otro cuerpo voladizo), estos sofitos podrán ser decorados con casetones. Cada tejado tendrá sus características particulares; muchas veces los veremos rematados por molduras. Estas molduras, según su forma, tienen un nombre; así, podemos oír que es de CAVETO O NACELA, como sucede en el edificio de los Marqueses de Legarda (actual sede del COAR), también veremos de MEDIACAÑA, de BOCEL, de CUARTO BOCEL (conocida popularmente como “Papo de Paloma”) y así podríamos seguir, con los MODILLONES, etc…

Con todo esto vemos que, según quien haga la descripción de un alero, podrá hacerla en dos palabras o usar el amplio diccionario de términos  arquitectónicos y artísticos que existen, envolviendo el mismo elemento en un maremágnum de jerga técnica.

Con la pretensión de no quedarnos en lo sencillo ni dejarnos arrastrar al maremágnum de términos, nos juntamos un nutrido grupo de personas el domingo 7 de Mayo de 2006.

El lugar de encuentro fue el comienzo de Portales. Pudimos observar un Sofito decorado con casetones en los Chapiteles del antiguo ayuntamiento, realizados en 1954.

Frente a éste, pudimos ver la cornisa corrida (formada por canería de madera policromada como si fueran nervios o costillas) del edificio realizado por Pedro Bergasa en 1909 y cuyo arquitecto fue Amós Salvador Carreras (Hijo de Amós Salvador Rodrigañez).

Seguimos por la calle del Cristo. Vimos el edificio del arquitecto Fco de Luis y Tomás, realizado en 1877; y como adorna, el tejado con una serie de modillones. Un poco más abajo,  en el nº 12, pudimos ver un impresionante alero cuyos canes estaban adornados con hojas de acanto romano. Siguiendo por la misma calle, en la casa del noble Javier de Badaran (actual restaurante El Portalón), pudimos observar como, en una época anterior, se mandaba cortar la largura de los canes y recoger las aguas. A lo largo de las dos horas de paseo, vimos unos 50 aleros destacables por alguna particularidad. La ruta que seguimos fue Portales, donde pudimos ver tejados antiguos y modernos y varios tipos de acabados diferentes.

De obligada parada era el Museo de La Rioja, actualmente cerrado por…………: la casa de D. Pedro Eloy de la Porta, construida en el Siglo XVIII. También fue morada de D. Baldomero Espartero y su Sra D. Jacinta Martínez de Sicilia. En este edificio, podemos apreciar un hermoso alero corrido con canes decorados con hojas de acanto con volutas situados en la parte principal de la casa, son de la misma largura los canes laterales pero menos decorados.

Entramos en la calle de Laurel para ver un alero de álave (tejas o ladrillos superpuestos).

El alero más espectacular lo encontramos en la calle Bretón de los Herreros 46;  es un aleroBretón de los Herreros 46. Foto: Fede de 11 canes de 1,40 mt de largura con modillones, decorados en su terminación con cara de angelitos. La casa la construye Fco de Luis y Tomás en 1874, siendo otro de los insignes arquitectos Fermín Álamo, quien la reforma en 1929 dándole el esplendor que aún podemos contemplar entre el hermoso alero y la cerámica en la fachada. Tubo otra reforma: se cambio un can deteriorado, pero no se tubo la misma delicadeza que anteriormente. Pasamos por la Puerta del Camino; vimos los modillones que adornan la cornisa del cubo del revellín. Bajamos por la calle Barriocepo donde seguimos viendo  algún alero del siglo XVIII. Ya en la calle Ruavieja, podemos ver uno de los más llamativos, bastante deteriorado, con canes decorados con doble hoja de acanto, pintado en rojo, con una moldura con decoración floral que cubre la carrera( viga horizontal para sostener otras). Pasamos por el albergue de peregrinos, donde se renovó el alero existente. La calle Mayor también guarda aleros y cornisas destacables. La calle Herrerías, en su tramo más cercano a San Bartolomé, tiene aleros decorados. El Palacio de Monasterio (actualmente desmantelado), donde, lo que vimos no eran pequeños canes labrados, sino los cabrios del tejado de más de 3 mt de largura tallados en su vuelo.

Paseo por Logroño, Foto: Caridad Iñiguez

Un detalle destacable es un alero con firma; lo encontramos en San Bartolomé nº 7, donde su dueño es quien ha realizado el decorado de los canes. Seguimos viendo aleros y acabamos con la llamativa cornisa decorada de la casa del Ateneo Riojano, construida por el arquitecto Luis Barrón en 1892. Sólo son una muestra de los que podemos encontrar. Un patrimonio a respetar y recuperar.

Federico Soldevilla Ágreda

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