Un
año, un siglo y unos restos; motivo suficiente para una nueva iniciativa
de nuestra asociación.
El recorrido por el
Logroño del Siglo XVIII, como hilo conductor las baldosas
existentes del primer vecindario del 1772.
Este primer
vecindario se realiza en el contexto de una Real Orden del Consejo de
Castilla para establecer Alcaldes de barrio en Logroño. Dirigida al
Corregidor de la ciudad, en esos momentos era: Don Melchor Sáenz de
Tejada, el cual entre las principales obligaciones tendrá la de: “
purgar de gente ociosa, mal vivir, y mal entretenida, a la dicha ciudad”.
Siguiendo
las pautas marcadas por la Real Orden, se divide Logroño en siete
Quarteles o Barrios. Igualmente se mandan numerar las casas, para lo
cual el alfarero Thomas de la Ora en su obrador sito en la calle
Ollerías Altas (actual calle Ollerías), realiza 1408 baldosas numeradas
y al menos 7 baldosas de mayores dimensiones con los Quarteles y el
nombre de la calle donde se colocarán. Por este trabajo recibe 1.211
reales de vellón, importe que será recuperado por el ayuntamiento,
cobrándoles a los propietarios de las casas las baldosas y su
colocación.
A cada cuartel se le
asigna un número diferente de casas (según las manzanas existentes),
quedando la distribución de la siguiente manera:
Quartel I |
II |
III |
IV |
V |
VI |
VII |
1-194 |
195-324 |
325-547 |
548-750 |
751-978 |
979-1169 |
1170-1408 |
Y respecto a los
alcaldes de barrio para 1772 se nombran a los siguientes señores:
CUARTELES
|
SEÑORES |
SUSTITUTOS |
I |
D. Josef García
Tejada |
D. Josef Vergara |
II |
D. Juan Antonio
Gamarra |
D. Manuel
Anguiano |
III |
D. Dionisio
Borja de la Cámara |
Santiago Aguirre |
IV |
Manuel Sojo |
D. Joseph
Zavalza |
V |
D. Juan Angel
Zumiza |
D. Norberto
Bustamante |
VI |
D. Lorenzo
Moreda |
Luis Ximenez |
Nuestro principal
objetivo, al margen de hacer pública la riqueza documental existentes en
nuestros archivos, es el poner en valor por el conocimiento de su
significado, esos restos de primer vecindario que son alrededor de 40
baldosas que quedan visibles en nuestro Casco Antiguo.
Seguro que habrá
varias más, ocultas por pinturas y letreros. Estas baldosas permanecen
en las fachadas de las casas del siglo XVIII, aunque su tipología y su
uso hayan podido cambiar nos sirve para conocer como podía ser Logroño
en esa época.
En el paseo fuimos
recorriendo estas baldosas existentes, con la ayuda del vecindario
comentamos quien vivía, que oficio tenía, su clase social y algún otro
dato interesante.
Pudimos observar la
toponimia de las calles, muchas veces dada por los oficios que ellas se
practicaban; donde se encontraban los edificios singulares, por sus
usos, etc.
Así pasamos un
amplio grupo de personas la mañana de San Isidro, 15 de Mayo de 2005.
Vimos cumplidos nuestros objetivos y volveremos a realizar otros paseos,
para hacer que el mayor número posible de personas conozcan este
patrimonio y así lo puedan disfrutar.
Federico Soldevilla Agreda
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