Quizá
sea utópica pero sigo creyendo que todos y digo bien, TODOS, somos
iguales con independencia de la raza, de la nacionalidad, de los sexos o
de la ideología, esta puede sonar a frase hecha y políticamente
correcta, pero en mi caso así se me transmitió en mi infancia y mi
experiencia no me ha hecho cambiar de opinión. Sin embargo, al leer la
prensa o escuchar los titulares de los programas informativos, algo se
me remueve por dentro, no sé si soy muy suspicaz, quizá lo sea, pero la
utilización del lenguaje por los medios de comunicación al abordar el
fenómeno de la inmigración no creo que sea casual, sino que obedece a
una elección premeditada de términos que de forma subliminal revelan el
pensamiento real de quien transmite la información.
Para empezar, se
habla de la información sobre la inmigración y el derecho de extranjería
como el "problema de la inmigración", ¿por qué se utiliza el vocablo
"problema"?, ¿acaso no puede ser una "oportunidad"?; es cierto que
tenemos ante nosotros un evidente reto o desafío que otros países de
nuestro entorno se vieron obligados a abordar hace algunas décadas, pero
tan solo dependerá del planteamiento o enfoque que queramos darle para
conseguir el resultado.
La
inmigración, con políticas adecuadas de integración, no de asimilación o
absorción en la sociedad de acogida, en la que se reconozca lo
diferente, son una oportunidad para el intercambio cultural. Sin
embargo, en el ámbito escolar se nos transmite que el elevado número de
niños y niñas de origen extranjero supone un problema educativo, pero
quizá los responsables del área de cultura y educación no sean
conscientes de que tienen la oportunidad de educar en valores de
solidaridad, igualdad de derechos y oportunidades y respeto, pues es
evidente que nos encontramos con una sociedad cambiante con necesidades
también variables. Esta sin duda es una oportunidad para enriquecernos
con el intercambio cultural pero para ello se debe dotar a los Colegios
Públicos, de los que soy firme defensora, de los medios económicos y
humanos para responder a las necesidades de este colectivo, en vez de
crear guetos en determinados centros públicos. Creo firmemente en la
enseñanza pública de calidad en la que tienen cabida TODOS y en la que
se debe garantizar una educación, repito, de calidad, pues una cosa es
la situación irregular desde el punto de vista administrativo de los
menores y otra bien distinta es su derecho constitucional a la
educación. Solo se hacen valoraciones negativas y muy peligrosas cuando
se ve desde un prisma racista y xenófobo temeroso del mestizaje e
intercambio cultural, ¿a qué tenemos miedo?. Acaso no se han dado cuenta
de que la inmigración está teniendo efectos muy favorables en distintos
ámbitos: incremento significativo de los afiliados a la Seguridad Social
que garantizan la sostenibilidad del sistema público de prestaciones,
incremento de mano de obra joven cualificada que no representa ningún
conste para el Estado, el mantenimiento de centros escolares gracias a
la presencia de niños y niñas de origen extranjero…etc. Como he
expuesto, en mi opinión, la inmigración tan solo es un fenómeno social,
pero no un problema, abordémoslo con seriedad y rigor y podrá ser una
oportunidad.
Por último, me
gustaría hacer una llamada de atención a los medios de comunicación
social a fin de que se desterrasen términos como "avalancha", "invasión"de
inmigrantes o términos similares que transmiten valores xenófobos y
racistas a la opinión pública, así como la relación entre inmigración y
delincuencia, utilizada por los responsables de seguridad, de forma
malintencionada, pues mucho temo que no es casual su utilización. Demos
la oportunidad de conocernos como personas individuales quitando la
etiqueta de "extranjero" o "inmigrante" y valoremos a quien tenemos
enfrente sin prejuzgar por su color, su indumentaria o su lengua, pues
tras su apariencia hay alguien igual a ti, con las mismas inquietudes e
ilusiones que puedas tener tú.
MARTA LANDA
OCÓN
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