Aquellos
que estuvimos en vanguardia cuando la campaña por la autonomía riojana y
conservamos en nuestros corazones la memoria y la esperanza ilusionada de
lo que debe ser la auténtica autonomía de nuestra Tierra, estamos de
enhorabuena.
Ahora
sí, el Gobierno riojano se ha convertido frente al central en el adalid de
nuestras reivindicaciones, las históricas y las que van surgiendo en el día a
día de los aconteceres políticos: devolución de las Glosas Emilianenses;
liberación de la autopista, ¡ya¡; desdoblamiento urgente de la N-232; mejora
de nuestras instalaciones ferroviarias; construcción de presas hidráulicas
tanto tiempo prometidas; incremento sustancial de las dotaciones crediticias
en materia de sanidad y de otras competencias asumidas; etc., etc.
Un peldaño más y no
desesperamos de verle reclamar, en breve, representación riojana en Europa,
cuando se discutan decisiones que afecten a nuestros intereses vitales …
Lástima que en los años
pasados, su actitud fuera bien distinta: acatamiento servil de las directrices
centrales; asunción apresurada de competencias mal dotadas; dispensación de
collejas dialécticas y estridentes a autonomías que se atrevían a discrepar de
las orientaciones estatales.
Por eso, no podemos dejar
de felicitarnos y felicitarles por el nuevo “talante”. Esperamos que por este
camino profundicen en sus convicciones autonómicas y ofrezcan siempre, en
identidad o discordancia con el signo político del gobierno central, la
actitud gallarda y bravía que corresponde frente al Estado, sin merma
naturalmente de la necesaria y recíproca lealtad constitucional.
Pedro Zabala Sevilla
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