Hacer hoy un debate sobre actitudes que se tuvieron hace veinticinco años en el tema autonómico, puede que sea inútil. Quizá, sería mejor emplear el tiempo en analizar, esa terrible noticia, de que La Rioja es una de las regiones más envejecidas del mundo. Este tema que es una realidad actual nos va a comprometer el futuro. Como en aquellos años la posibilidad de alcanzar la utopía de que la provincia de Logroño fuera una Comunidad Autónoma, en pie de igualdad con el resto de las Regiones españolas, comprometió nuestro presente. Pero no lo puedo remediar, me anima "el afán de que no se manipule, ni se olvide lo que realmente ocurrió", en algunos episodios de aquellos años.

Asistí con curiosidad y expectación a la charla - coloquio de nuestros ex - presidentes autonómicos, incrementada con el primer presidente de la Diputación Provincial del período democrático, del 19 de marzo. Leo igualmente, con curiosidad, la carta que le dirigen unos excelentes riojanos, que no pudieron asistir a la misma, publicada el día 14 del actual.

En ella, se lamentan de no haber podido hacer matizaciones a las palabras de los expresidentes. Les agradezco su escrito, porque me permite hacer matizaciones al mismo.

Primera matización: Es falso que los parlamentarios de UCD nos reuniésemos con los homólogos de Castilla La Vieja (todavía no existía Castilla - León) para "preparar la inclusión de nuestra tierra en esa comunidad". Bien al contrario, lo eran para desautorizar cualquier intento de incorporar nuestro nombre, todavía de Logroño, a la circunscripción geográfica, que no administrativa, que en aquellos tiempos "gozábamos". Objetivo, que obviamente conseguimos, no sin antes dejar "jirones de piel política" en Madrid y en La Rioja. Esta sección, no nos permita mucha extensión del texto, pero estoy dispuesto a tener ese debate con cualquiera de Vds. o con los tres juntos. Entonces se toleraban ciertas afirmaciones en aras a otros objetivos, hoy no tengo por qué hacerlo.

Segunda matización: Yo, fui uno de los senadores de UCD, que tuvieron el honor de gestionar el Proyecto de Ley de cambio de la Provincia de Logroño por el de La Rioja, primer hito de afirmación de la Identidad Riojana, por cierto tras deliberación en UCD de cual era el mejor itinerario, el Congreso o el Senado, para hacer posible la consecución del objetivo. Vds. dicen, que llegamos a esta acción, tras un largo proceso de conversión a la causa uniprovincial. Y yo me pregunto, ¿Cuándo me empezaron a convertir? ¿Quiénes me empezaron a convertir? ¿Cuándo me caí del caballo y Pedro, Vicente o Rafael, me dijeron, Carmelo, Carmelo, por qué nos persigues?. ¿Tal vez en aquella asamblea del Colegio de San José PRE -Amigos de La Rioja del año 76?Quizás en aquellas tertulias de los sábados en la cafetería de Avenida de Portugal?. Pedro, tú las conociste. A Rafael y Vicente no los recuerdo. ¿Posiblemente, ya me habías convertido vosotros, junto a todo el pueblo riojano, cuando en diario Nueva Rioja de fecha muy anterior al primer día de La Rioja, publicaba una entrevista con mi persona?. En ella, declaraba: "para mí, Autonomía es, democracia, eficacia, Identidad Riojana, autogobierno, solidaridad, responsabilidad?". Para a continuación responder Autonomía Riojana, SÍ.

Por lo tanto, estimo, que no fue la fe del converso la que me guió. Igualmente mis compañeros y mucha clase política, que me tocó conocer. Ellos, al igual que yo, bebían conscientes de esos ideales, pero las responsabilidades en la toma de las decisiones no fueron las mismas que las vuestras. Hubo que saltar muchas vallas, que con simple voluntarismo no podían saltarse. Hizo falta algo más: habilidad política y coraje. Y todo en muchos frentes.

Pero estoy de acuerdo con vosotros, la Autonomía Riojana fue una labor de todos, y tengo la certeza que la clase política que tenía 1 responsabilidad de conducir el proceso estuvo más que a la altura de las circunstancias, no arrastrados como vagón de cola. Y también, en que hubo que contagiar a muchos de nuestros convecinos, una vez que empezaron a perder el miedo al nuevo sistema democrático, plasmado en una Constitución que con las imperfecciones naturales de toda obra humana, se ha mostrado perfectamente válida para nuestras aspiraciones autonómicas y nuestra convivencia en paz y libertad.