Las aguas del embalse de Enciso, cuando finalmente el caudal del Cidacos anegue la zona que ahora ocupa la aldea de Las Ruedas, cubrirán casas de piedra, corrales y uno de los dos molinos harineros que todavía se conservan allí. Se trata de un conjunto que ya aparece en el catastro del Marqués de la Ensenada, según sus propietarias, y que, por lo tanto, ha superado los doscientos años. De hecho, según un artículo publicado por Alberto Martín Solas en 1989 en la 'Revista Folklore', en 1752 se censaron en La Rioja 325 molinos hidráulicos, de los que 294 estaban corrientes y molientes. Pascual Madoz, en su Diccionario de 1849, también hablaba de la existencia de varios molinos harineros y algunos batanes en la villa aledaña a Enciso.
El de Las Ruedas es un molino hidráulico en el que ya trabajaba el abuelo de Madgalena y Margarita. Molía trigo y sus ruedas se movían gracias a un salto de agua del río Cidacos. Hoy, todas las piezas de esta maquinaria están sin uso, pero en buenas condiciones, en la parte baja de una de las casonas de piedra de la aldea.
Sus propietarias aseguran que van a iniciar las gestiones oportunas para tratar de que se conserve. «Ya que se va a inundar el pueblo, nos gustaría que se conservasen las piezas del molino porque tienen un gran valor etnográfico», afirman