MÁS ALLÁ DEL HORROR Y DEL MIEDO: RAZÓN Y CORAJE
Fue terrible. Los atentados del París en la noche del 13 de Noviembre nos sobrecogieron de espanto. En el corazón de Europa, terroristas suicidas tiñeron de sangre una noche tranquila. El horror y el miedo se adueñó de nuestros corazones al conocer la noticia. Exactamente lo que pretendían. ¿Cómo reaccionar inteligentemente ante la barbarie?. Después de solidarizarnos con las víctimas y con el dolor de sus familiares y proclamar que todos somos uno, emplear la cabeza. La tenemos para pensar, no para embestir. Primero conocer todo lo que podamos. Los hechos los sabemos en caliente. Y recordar: no son tan insólitos. En occidente, hubo años atrás, los atentados de las torres gemelas, el de Madrid, el de Londres, contra los redactores de un semanario satírico. Y en todas las partes del mundo se han cometido y se siguen cometiendo crímenes de pareja magnitud e intencionalidad. ¿Ha empezado el apocalipsis?. ¿No será que barbaries parecidas han ocurrido desde hace muchos siglos con distintos actores y víctimas, pero que ahora los conocemos al instante y que los medios de sembrar el terror se han modernizado también?. Luego, acercarnos a la génesis del llamado Estado Islámico que se atribuye la autoría de estos asesinatos. De esto no tratan los medios habituales de comunicación que se limitan a bombardearnos de informaciones, en cuantía tal que casi nos es imposible digerir. ¿Será cierto, como se dice, que en sus orígenes están los servicios secretos yanquis e israelíes para derribar el régimen de Al Assad?. ¿Y el islamismo radical y violento que lo nutre no deriva del salafismo que se predica en las mezquitas financiadas por Arabia Saudí?. Conocen perfectamente la tecnología actual y saben utilizarla. Su empleo de las redes sociales para difundir su ideología y captar adeptos es continuo. Muchos de ellos son la segunda generación de emigrantes árabes que gozan por su nacimiento de la nacionalidad de sus países de acogida, pero no de igualdad de oportunidades en materia educativa y laboral, sino que sufren discriminaciones por su origen. Las sociedades occidentales no los han acogido, sino que viven en ghetos, Cierto que algunos de ellos han podido cursar estudios superiores en materias científicas y tecnológicas que luego emplean para el terror. Y no olvidemos que jóvenes, de raíces claramente europeas, convertidos al islamismo radical, se han alistado en las filas de este Califato. El Oriente Medio es un polvorín donde no se juega una sola partida de ajedrez, sino muchas simultáneas y entrelazadas. Entre Rusia y USA con la OTAN, Israel, Arabia Saudí, Irán, Turquía, Palestina, Egipto, Líbano, Yemen, el régimen sirio, los kurdos... Entre religiones: sunitas radicales y moderados, chiíes, cristianos... Mucho petróleo con las actuales extracciones masivas para abaratar sus precios. Comercio ingente -legal e ilegal- de armas a cargo de las grandes potencias. El drama de los refugiados... De ahí que no bastan las declaraciones rimbombantes: es la guerra y responderemos contundentemente. Bombardeos, acciones terrestres, medidas policíacas, mayores controles no bastarán. Es la hora de la diplomacia y la política también. ¿Sabrán en aras de la paz y la justicia sacrificar sus alicortos y egoístas intereses?. ¿O emplearán el miedo para que cedamos parcelas cada vez mayores de libertad y garantías jurídicas?. Hay respuestas fáciles y contraproducentes que ya están brotando. Repunte de fundamentalismos de otras religiones que responden con odio violento a ese fanatismo. Exacerbación de fundamentalismos laicistas que pretenden arrancar los signos religiosos de la cultura occidental y recluirlos al interior de las conciencias. Florecer de nacionalismos xenófobos, capaces de ganar elecciones, de dinamitar la Unión Europea, de blindar las fronteras de los viejos Estados nacionales y de expulsar a los emigrantes y sus familiares. Negativa a acoger a refugiados y demás huídos del hambre y del cambio climático. Cobardía y cesión por los viejos partidos de las banderas de la democracia. ¿Hay lugar para la esperanza?. ¿Seremos capaces de oponer a los fundamentalismos, fanatismos y fatalismos, el compartir, cooperar y comprometernos?. ¿Seremos capaces de defender los Derechos Humanos aquí y en esos países torturados?. ¿Apoyaremos la causa de la liberación femenina en el Islam y en todo el planeta?. ¿Cambiaremos nuestra forma de vida para proteger la Casa Común que es la naturaleza con todos sus seres?. Pedro Zabala Sevilla |